domingo, 4 de marzo de 2007

Nos vigilan del espacio (Satélites)

Sin que se puedan ver desde la superficie de la Tierra, los satélites están observando permanentemente lo que sucede. Espías constantes del movimiento de personas en la frontera norte del país o amigos de la humanidad en la protección del medio ambiente, los satélites son hoy esenciales para temas de seguridad, radionavegación, comunicación y educación de zonas alejadas o rurales. A través de los satélites se pueden prestar servicios de voz, datos, video, internet y radiodifusión (sonora y televisiva). Por su ubicación única, desempeñan también otras funciones que no por ser menos conocidas, son menos importantes, como las de localización de yacimientos de petróleo, el monitoreo de cambios climáticos, la prevención y detección oportuna de desastres naturales, así como sistemas de atención humanitaria en casos de urgencias.

México ingresó a la comunicación vía satélite cuando en 1966 se adhiere a Intelsat, un consorcio establecido entre gobiernos y operadores de diferentes países. La Olimpiada de México en 1968 trajo la imperiosa necesidad de incrementar los medios de comunicación con el exterior, por lo cual se construye la primera estación terrena (Tulancingo I) y la Red Federal de Microondas. México inicia sus gestiones a fines de la década de los 70s ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones para obtener una órbita satelital para colocar el primer satélite mexicano. El Morelos I fue lanzado al espacio en 1985, iniciándose la formación del sistema satelital mexicano.

Durante muchos años los servicios satelitales se prestaban en México únicamente por empresas públicas (primero por Telecomunicaciones de México y después por Satélites Mexicanos, S.A. de C.V.). La liberalización generalizada de la economía nacional alcanzó también a la comunicación vía satélite, por lo que se tuvo que reformar la Constitución Federal para permitir el ingreso del sector privado. Satmex fue privatizada a fines de la década de los 90s y hoy en día está en un proceso de concurso mercantil (antes conocido como suspensión de pagos y quiebra).

La industria satelital requiere de una planeación de largo plazo, de grandes cantidades de recursos económicos y el retorno a la inversión se da después de muchos años. En la actualidad las industrias compiten por obtener financiamiento y los inversionistas buscan ganancias de corto plazo, por lo cual los retos para el sector satelital son considerables. Sin embargo, los servicios satelitales tienen funciones que ningún otro tipo de comunicación puede suplir. Por ejemplo, Nueva Orleáns era una ciudad con las telecomunicaciones más avanzadas, accesibles a lo largo y ancho de la misma. Cuando el huracán Katrina la devastó, la gran mayoría de los servicios de telecomunicaciones se interrumpieron porque las torres, antenas y cableados habían sido arrasados. Sin embargo, los teléfonos móviles vía satelital continuaron operando.

Para la Unión Europea la política del espacio es prioritaria. Su programa Galileo está auxiliando no sólo a la radionavegación que es un “ángel de la guardia” para control de tráfico aéreo, carretero y de ferrocarriles, sino también para facilitar trabajos de ayuda en emergencias. Con el nuevo proyecto de GMES pretenden proporcionar, a través de la información obtenida vía satélite, elementos para políticas públicas y de inversión que contribuyan a mejorar la calidad de vida en relación con el medio ambiente y la seguridad.

Los satélites tienen siempre implicaciones internacionales. Un satélite mexicano “baña” territorios de otros países con su señal, y viceversa. La soberanía nacional no se ve afectada por ello. Al contrario, México debe ajustar su marco regulatorio para beneficiarse de los satélites extranjeros. En la medida en que la oferta de servicios satelitales se incremente, los precios de éstos se reducirán en beneficio de programas como e-México que abre la oportunidad para muchas personas de acceder a la Sociedad del Conocimiento.

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